Ejercicios fotográficos que te ayudarán a mejorar




FOTOGRAFÍA

Ejercicios fotográficos que te ayudarán a mejorar


Tanto si estás empezando en esto de la fotografía, como si ya tienes cierta experiencia con una cámara en la mano, nunca se debe parar de hacer ejercicios fotográficos. El ojo fotográfico es algo que puede potenciarse y la mejor manera de hacerlo es practicando.

  • El reto de los cien pasos

Escoge un lugar que quieras fotografiar, ya sea en tu entorno o en una ciudad que acabes de visitar. El reto consiste en andar 100 pasos y realizar 10 fotos. Solo cuando hayas realizado los 100 pasos podrás observar tu entorno y decidir qué 10 fotos vas a hacer. Deberás aguantarte cuando vayas de camino y no hacer fotos intermedias.
Realizando este ejercicio te obligarás a ti mismo a ser más creativo y a fijarte en detalles que hasta el momento es posible que pasaran desapercibidos para ti. Muchas veces somos muy rutinarios y fotografiamos siempre las mismas cosas en distintos lugares. Si haces este ejercicio, entrenarás tu ojo fotográfico y mejorarás notablemente tu capacidad de observación.

  • Una Serie Fotográfica

Hacer series fotográficas es casi tan viejo como hacer fotografías. ¿Qué es una serie fotográfica? Son una serie de fotos que tienen algo en común. Este algo en común puede ser la iluminación, la localización, el sujeto fotografiado, la temática...
Cualquier cosa puede ser el elemento que una una serie de fotografías, incluso un sentimiento, una palabra o un color. Lo importante es que, además, cada fotografía por si sola sea también interesante.
¿Qué nos va a aportar este ejercicio? Como en los otros casos, nos ayudará a aprender a planificar las imágenes antes de tomarlas. En este caso, al no tener que resultar en una única imagen sino en varias de ellas, la planificación tendrá que ser mayor, para que toda la serie tenga sentido y unión.

  • El trípode humano

Con este ejercicio conseguiremos entrenar nuestro ojo fotográfico al máximo. Consiste en situarnos en el centro de una habitación e invertir un tiempo en observarla en clave fotográfica, buscando los detalles, encuadres o posibles imágenes en general que puedas conseguir desde esa posición. No debemos movernos de sitio, sólo podemos girar sobre nuestro eje. Después de haber invertido un cierto tiempo en observar nuestro entorno (pongamos, por ejemplo, 5 minutos), podremos tomar las fotografías que hemos estado viendo.
Este mismo ejercicio se puede convertir en algo más interesante todavía, si no lo realizamos en una habitación cerrada. Podemos ir por la calle y, en un momento aleatorio, pararnos e invertir los cinco minutos siguientes a buscar fotografías desde nuestra posición. Pasados estos cinco minutos, podremos hacerlas. Será todavía más interesante si vamos acompañados de otra persona y es esta tercera persona la que elige el momento en el que debemos parar.
¿Por qué esto de esperar 5 minutos antes de tomar las fotos? Para obligarnos, como en los otros ejercicios, a pensar las fotos antes de tomarlas. Para evitar la tentación de hacer "click" a todo lo que vemos y hacer sólo aquellas fotografías que queramos después de haberlo pensado bien.

  • Prohibido usar zoom

Este es el ejercicio que creo que más ayudará a cualquier persona que quiera mejorar en su técnica fotográfica. Disponer de un objetivo zoom es un lujo porque te permite, desde una misma posición, probar infinitas posibilidades de composición sólo con trabajar con el rango focal del que disponga nuestra lente.
Sin embargo, un objetivo de focal fija te obligará a trabajar más tus propias composiciones. Si necesitas cerrar más el encuadre deberás, físicamente, acercarte al sujeto. Es cierto que no es lo mismo hacer una fotografía de cerca que hacerla con un teleobjetivo porque las perspectivas serán muy diferentes.
También es cierto que algunos objetivos generan aberraciones y deformaciones cuando se hacen fotografías con ellos a distancias muy cortas. Pero el hecho de contar con una focal fija, como ya hemos dicho, nos obligará a planificar más nuestra composición. No es necesario comprar un objetivo fijo sino lo tienes, simplemente debes asegurarte de utilizar una sola focal en todo el ejercicio,venciendo la tentación.

  • Mismo objeto,  diferentes perspectivas

Este ejercicio consiste en escoger un pequeño objeto y realizar 10 fotos distintas con él. Cuanto más pequeño sea el objeto mayor será el reto. Porque ninguna foto debe parecerse a la anterior, sino que cada una debe ser distinta.
Intenta no fotografiar el objeto completo sino partes de él, fragmentos o incluso fotografías abstractas donde no se aprecia con claridad de qué objeto se trata. Lo importante es que experimentes con diferentes ángulos, tipos de plano y perspectivas para transmitir diferentes sensaciones.
Cuando hablamos a un objeto pequeño, nos referimos a una figura de un personaje, un vaso de agua o cualquier objeto cotidiano de tamaño reducido, sin llegar a ser fotografía macro. Pero tampoco consideres un objeto elementos grandes como un edificio o un coche, sino algo de pequeño tamaño.

  • Mismo sujeto, diferentes emociones

Este ejercicio es una ampliación del ejercicio anterior. Ahora no se trata de modificar la iluminación sólo para descubrir qué pasa, sino que utilizaremos la iluminación, el encuadre o la posición, para transmitir cosas y el retrato es el mejor género para practicar.
Si a partir de un mismo sujeto, cambiando las variables de la fotografía, somos capaces de transmitir distintas cosas, significa que, poco a poco, vamos dominando la técnica. Así que proponerse un ejercicio de este tipo puede ser muy beneficioso para aquellas personas que empiezan en la fotografía.
Prueba a fotografiar a un mismo sujeto sin que cambien su expresión facial o corporal. Simplemente, muévete tú entorno a él y ve cambiando la posición, el ángulo y los parámetros. Cuando veas tus fotografías, fíjate en la diferencia entre lo que trasmiten unas y otras solo cambiando el tipo de plano.

  • La caja de las ideas

Este ejercicio es ideal para las personas a las que les cuesta más ser constantes y que les surjan ideas. Apunta en un folio 31 palabras que te vengan a la mente, da igual lo que sea: azul, papel, viajar, soledad, alegría, perdonar, besar, comida, rubia, bebé, etc.
Ahora recorta cada una de esas palabras y dobla el papel.  Como vas a recortar cada palabra de forma independiente, es mejor si las escribes en mayúsculas y con espacio entre ellas, para que te resulte más fácil separarlas.
Es el momento de colocar todas esas palabra dentro de una caja o un bote. Cada día deberás sacar un papel y dedicarte a hacer fotografías que representen esa palabra. Si la palabra es azul, fotografía cosas que incluyan ese color y que tengan algo especial. Deja volar tu imaginación, no hace falta que te lo tomes al pie de la letra... (nunca mejor dicho)
  • Cuatro puntos de vista
Escoge un elemento, por ejemplo, una bicicleta. Colócala en medio de un lugar y hazle una fotografía desde cuatro puntos opuestos. Trata de hacerlo desde las esquinas más alejadas para que veas la diferencia compositiva entre ellas.
Ahora cambia de entorno, coloca de nuevo la bicicleta o el objeto que hayas escogido y repite el proceso. Dispara desde los cuatro lados de un mismo lugar y compara entre sí todas las tomas. Puedes repetir el mismo ejercicio en un mismo sitio pero cambiando el tipo de plano o el ángulo de la cámara.
Una vez observes las fotografías en el ordenador, coloca las cuatro fotografías de cada entorno juntas. Ahora toca reflexionar, por lo que intenta analizar cuál es el mejor encuadre y por qué ¿Qué hace especial esa fotografía?

  • El Objeto Portátil


¿Te acuerdas del famoso gnomo de jardín que recorría el mundo en la película francesa Amélie? La protagonista le roba a su padre la figura y se la da a una amiga azafata de vuelo para que vaya haciendo fotos del gnomo en diferentes países y se las mande a su padre.
Esta práctica fotográfica consistiría en buscar tu propio objeto portable para llevarlo siempre contigo y hacer fotografías curiosas allá donde vayas. Puede ser una buena manera de practicar y a la vez crear una serie fotográfica original y amena.
Mi amigo Alberto González hace tiempo que ya se lleva a su C-3PO (Star Wars) de viaje por todo el mundo.  En vez de subir la típica foto turística de un lugar, incluye esta conocida figura dentro de sus composiciones, lo que le da un toque divertido y único.

  • Adivinación Paramétrica

Este ejercicio puedes hacerlo solo o acompañado, aunque parece que si lo conviertes en un juego puede ser aún más divertido. Consiste en ambos realicéis la misma fotografía en el mismo lugar y con el mismo encuadre, pero con diferentes parámetros. Os servirá a ambos para familiarizaros cada vez más con la configuración de vuestra cámara.
Una vez realizadas las dos fotografías en secreto, debes enseñarle la pantalla LCD a tu compañero (sin que se vean los parámetros que has utilizado o tapándolos). Este debe intentar adivinar qué Sensibilidad ISO, Velocidad de Obturación y Apertura de Diafragma has utilizado. Si no llevas una focal fija, también puede intentar averiguar la distancia focal aproximada.
Si vas solo, puedes disparar en automático y probar a adivinar qué ha calculado la cámara. O bien, simplemente puedes intentar anticiparte a ella y pensar unos parámetros concretos mirando la escena con tus ojos. Según las condiciones de luz intenta colocarlos y comprobar si has acertado con la predicción de los parámetros.

  • Foto con diferentes luces

Para poder realizar este ejercicio necesitarás poder dominar la luz de la que dispongas. No es necesario tener iluminación de estudio, ni siquiera varios flashes. Aunque, evidentemente, si tienes un equipo strobist o parecido, podrás aprovecharlo más. En la práctica, una simple lámpara de mesa ya nos servirá.
Si todos estamos de acuerdo en que la luz lo es todo en fotografía, este es un ejercicio para experimentar con ella. Se trata de intentar hacer la misma fotografía con distintas luces. Situamos nuestro sujeto (persona, animal u objeto) en el escenario y hacemos distintas fotografías con distintas iluminaciones.
Haciendo esto, profundizarás en cómo afecta la luz a tus imágenes, aprenderás a dominarla y a utilizarla para tus propios propósitos fotográficos, eliminando o potenciando sombras y/o volúmenes según el caso, etc. ¡A ver cuántas iluminaciones distintas puedes conseguir!

  • Solo blanco y negro

Este ejercicio te ayudará a ver el mundo de una forma muy, pero que muy distinta. La verdad es que, normalmente, disparamos nuestras fotografías en color, porque nos gusta precisamente captar imágenes tal y como son. Sin embargo, el blanco y negro puede ayudarte a transmitir mucho dramatismo y a enfatizar algunos detalles interesantes.
Si te animas a probar con esta práctica, deberás realizar fotos únicamente en blanco y negro durante un largo período de tiempo. Me refiero a 3 meses, 6 meses o 1 año entero. Cuanto más tiempo inviertas mejor. Selecciona en el menú de tu cámara la opción de realizar fotografías en modo monocromo y no lo cambies hasta que se cumpla la fecha que te propongas.
Poco a poco serás capaz de encontrar contrastes marcados, sombras misteriosas, rostros surcados por el tiempo, texturas dignas de ser fotografiadas y otros detalles que, hasta el momento, habían pasado desapercibidos para ti. Si inviertes tiempo sabrás qué parámetros son más adecuados para cada tipo de situación.

  • El perfecto imitador


Esta es una práctica difícil porque es elaborada y minuciosa. Pero, a la vez, puede llegar a ser tremendamente satisfactoria si se consigue realizar con éxito. Consiste en escoger una fotografía de un fotógrafo conocido al que admires.
Intenta que sea una fotografía que haya sido publicada con la mayor cantidad de datos posibles, como la cámara utilizada, los parámetros y el material fotográfico adicional. Con esto último me refiero a que si no dispones, por ejemplo, de un estudio, no elijas una fotografía de una modelo en un estudio.
El ejercicio consiste en imitar de la forma más parecida posible la fotografía de esa persona. De esta forma te estarás retando a ti mismo a ser tan bueno como lo es alguien a quien tú admiras. Comprobarás hasta dónde eres capaz de llegar y lo que puedes conseguir si te esfuerzas lo suficiente.

  • Jaque mate a la profundidad de campo


Un tablero de ajedrez es una herramienta estupenda para practicar con la temida profundidad de campo y la apertura del diafragma. Solo tienes que colocar las piezas en el tablero en diferentes localizaciones e ir realizando fotografías a las piezas.
Trata de realizar distintas fotos sin moverte del mismo lugar o sin cambiar la distancia focal, solo modificando el número f. Primero intenta sacar nítida solo una pieza, después las piezas más cercanas a la primera fila, seguidamente incluya las más alejadas y finalmente, trata de captar nítido todo el tablero.
Presta también atención a las líneas del ajedrez para componer bien tus fotografías y centrar el punto de interés que más te convenga en cada ocasión. Después de este ejercicio solo tendrás que salir del tablero y probar con otros elementos del mundo real.

  • El reto de los reflejos



Dedica un día completo a fotografiar solo reflejos. Me refiero a realizar capturas de objetos, personas, edificios o animales, lo que sea, pero solo su proyección en una superficie reflectante. No importa el material, un espejo, un retrovisor, un escaparate, unas gafas de sol, un metal pulido, el propio objetivo de otra cámara de fotos...
Sólo vas a poder captar reflejos. Pero ojo, porque a no ser que quieras realizar un autorretrato, vas a tener que evitar salir tú en ellas. Este tipo de ejercicio te ayudará a considerar nuevas formas de fotografiar cosas que te resultan familiares, pero añadiéndoles una dificultad extra. Les darás un nuevo punto de vista diferente y, seguramente, más interesante para el espectador.

  • Vuelta a lo analógico: un carrete limitado


Este es uno de los mejores ejercicios que todo fotógrafo debería realizar de vez en cuando. Se trata de transformar nuestra cámara digital en una cámara analógica. Que nadie se alarme, no nos vamos a poner a hacer bricolaje, simplemente se trata de tener un poco de fuerza de voluntad para eliminar algunos vicios que nos ha dado la tecnología digital.
Consiste en no realizar fotos infinitas. Como sabes, los carretes de película fotográfica para cámaras analógicas suelen tener un máximo de 36 fotografías, por lo que vamos a limitar nuestra salida fotográfica a ese número. Eso sí, sin la posibilidad de eliminar las fotos, ¡no hagas trampa!
¿Qué conseguirás haciendo esto? Pues entrenar el ojo y aprender a planificar las fotos antes de tomarlas. Hacer fotografía digital es un lujo para el aprendizaje y para el bolsillo, pero a veces se nos olvida el significado real de hacer fotografías, que queda perdido entre gigabytes de información.

  • Adiós a la pre-visualización


Este ejercicio tiene mucho que ver con el anterior, ya que volvemos a lo análogico, pero sin límite de fotos. La inmensa mayoría de cámaras fotográficas nos ofrecen una opción que, en circunstancias normales, es muy útil: después de tomar una fotografía, automáticamente se nos muestra la imagen en la pantalla de nuestra cámara.
Sin embargo, las cámaras analógicas no disponían de pantallas donde previsualizar la fotografía que habíamos realizado. Por eso, este ejercicio consiste en intentar desactivar temporalmente esta opción en el menú de nuestra cámara. Si no podemos o no encontramos la opción, la taparemos con una pegatina o con una cartulina para no caer en la tentación de mirar.
Hacer fotos a ciegas te ayudará a fiarte más de tu instinto y a prestar más atención a lo que observas a través del visor y no en la pantalla. Es un riesgo, pero también es un estupendo ejercicio para ir conociendo más tu cámara y sus funciones. Puedes combinarlo con el ejercicio anterior para aumentar la dificultad.

  • Cinco sí es, cinco no es


A veces conseguir buenas fotos tiene mucho que ver con el hecho de saber dejar la vergüenza en casa y perder el miedo al rechazo. Si te gusta hacer retrato callejero, por ejemplo, este ejercicio es ideal para ti.
Cuando realizas un retrato a un desconocido, como te contamos en este artículo, le debes pedir permiso (ya sea antes o después de realizar la captura) Si la persona se muestra receptiva, le puedes proponer alargar la sesión o incluso cambiar de escenario. Para eso necesitas mucha confianza en ti mismo, y también puedes entrenarla.
Para perder el miedo a hablar con desconocidos, deberás realizar un ejercicio que consiste en la interacción con las personas. Tu objetivo es preguntar a todas las personas que hagan faltan, hasta conseguir que 5 personas te digan que sí quieren que las fotografíes y otras 5 que te digan que no. En total 10 personas de cada. Te sorprenderás al ver que es más difícil conseguir un no ¡Pruébalo!
  • Una foto cada hora de luz


Busca un día que tengas libre, que literalmente no tengas absolutamente nada que hacer, y puedas dedicarlo a estudiar la luz natural. ¿Cuántas veces has hecho una sesión al aire libre y la luz no ha sido todo lo favorecedora que tú esperabas? Es posible que no hayas tenido la posición del sol en cuenta y hayas podido predecir qué luz ibas a tener.
Este ejercicio consiste en salir a la calle cada hora de luz del día y hacer una misma foto, a un mismo sujeto u objeto. Fíjate en el efecto que crea la luz y cómo cambia tu fotografía a medida que el sol se va moviendo. Las sombras serán más duras cuanto más alto esté el sol, siendo las primeras y últimas horas de luz las que seguramente te den un mejor resultado.
Gracias a este ejercicio te darás cuenta de la importancia de conocer bien los pros y los contras de la luz exterior. Si puedes, realiza la misma prueba en diferentes épocas del año y recuerda hacerlo un día soleado y totalmente despejado de nubes.
  • Una foto al día - El Reto 365

Finalmente, otro reto que puedes llevar a cabo es el de subir a redes sociales una fotografía al día. Puedes escoger Facebook, Instagram, Flickr, Twitter o la que más te guste. Este ejercicio es uno de los más conocidos y practicados por fotógrafos de todo el mundo.
Es muy útil para motivar y potenciar la creatividad, porque te obliga a explorar nuevos horizontes fotográficos y a atreverte con otros géneros o variantes de la fotografía que no son a los que siempre sueles recurrir.
Además, el hecho de compartir tus fotos en una comunidad te ayudará a la hora de aceptar las críticas de otros fotógrafos. Sabrás qué tipo de fotografías gustan más entre tus círculos y los consejos y comentarios de otros profesionales te ayudarán a mejorar y corregir pequeños errores.

CITA BIBLIOGRÁFICA:
(Tatay, 20 Ejercicios Fotográficos que te Ayudarán a Progresar, 2015)

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